V Festival Contemporáneo | Opificio Sonoro
El Festival Contemporáneo, que organiza el Gobierno de Canarias, volverá a contar en su quinta edición con Nacho de Paz, músico español que es referente internacional en dirección de música académica contemporánea, vinculado al Festival desde sus inicios a través del trabajo al frente de diferentes formaciones. En esta ocasión vendrá junto a Opificio Sonoro, un ensemble italiano que integran ocho músicos y un ingeniero de sonido. Presentan un programa dedicado a la creación actual de Italia, con autorías de diferentes generaciones y estéticas, además de asumir el estreno de una pieza de Leandro A. Martin, compositor de Canarias.
Nacho de Paz, Dirección
Opificio Sonoro
Andrea Biagini, Flautas
Raffaella Palumbo, Clarinetes
Gabriele Falcioni, Trompa
Sara Mazzarotto, Violín
Stefano Bruno, Chelo
Filippo Farinelli, Piano
Francesco Palmieri, Guitarras
Laura Mancini, Percusión
Giuseppe Silvi, Ingeniero de Sonido
Programa:
"In the Wake" ( En la Estela)
* Francesco Filidei - Finito ogni gesto (2010) para flauta, clarinete, trompa, percusión, violín y violonchelo [15’]
(1973-)
* Salvatore Sciarrino - Esplorazione del bianco II (1986), para flauta, clarinete bajo, guitarra y violín [8’]
(1947-)
* Clara Iannotta - Il colore dell’ombra (2010), para violín, cello y piano [12’]
(1983-)
* Mauricio Tedde - Venus Station (2022) para flauta, clarinete, trompa, percusión, piano, guitarra eléctrica, violín, violonchelo y electrónica [12’]
(1996-)
* Leandro A. Martin Quintero – Reazione oscillante (2025- Estreno - autor canario) [8’]
(1974-)
* Mauro Lanza - The Lincolnshire Poacher (2022), para flauta, clarinete, percusión, piano, violín, violonchelo y electrónica [12’]
(1975-)
Notas al programa:
Gran parte del esfuerzo compositivo actual consiste en extender la noción de música más allá de lo que esta palabra ha albergado hasta ahora. Este concierto es buen ejemplo de ello. Filidei toma el título de un verso del Novissimum Testamentum de Edoardo Sanguineti, que dice: "Cuando se acabe todo gesto de amor". Y, así, nos invita a pensar: ¿Qué queda detrás de nuestros gestos? ¿Qué hay detrás de lo aparentemente pequeño, de lo mínimo? En la pieza, explora la tensión que puede albergar lo frágil y diminuto. Sciarrino, por su parte, toma la idea de lo “blanco” para ampliar la noción de “color” en música. En gran medida, el color se ha usado, en este ámbito, como ampliación de la idea de timbre, es decir, el tipo de sonido que caracteriza a cada instrumento o intérprete. En su pieza, el color se transforma, a través de sonidos fugaces como pinceladas, en textura: escuchamos, así, ráfagas que atraviesan el pulso constante (en la guitarra) que sustenta la obra y que ponen a todos los instrumentos en un plano, como un lienzo. También Leandro Martín toma el color como partida pero, en su caso, a partir de la reacción oscilante de Briggs-Rauscher, que básicamente consiste en que, al mezclar yodato de potasio, peróxido de hidrógeno, ácido malónico, sulfato de manganeso y almidón, se da como resultado un cambio constante en el líquido: pasa de amarillo a un azul intenso y de ahí a un bonito ámbar. Es un cambio rítmico y marcado por transiciones entre los colores. De este modo, el punto de partida es una poética de la inestabilidad de la propia idea de timbre. En la pieza de Ianotta, encontramos otra forma de aproximarse a la materialidad de los instrumentos. A partir de una personalísima mirada al Trío en la menor de 1914 de Ravel, conduce a los instrumentos más comunes del salón burgués hacia una zona de extrañamiento, con un piano oscurecido, que proyecta su sombra hacia el violín y el cello.
El ensemble vive una nueva transformación en la pieza de Tedde: le interesan las interferencias radiofónicas, los elementos inesperados de las señales, como cuando antiguamente se colaban llamadas de teléfono en nuestros aparatos. Igual que tantas tradiciones o mitologías, Tedde se pregunta si esas señales perdidas serían nuestro folklore digital, nuestros relatos incompletos y que esperan ser escuchados. También a esas interferencias hace alusión la pieza de Lanza. De hecho, el título, que podría traducirse como el Cazador furtivo de Lincolnshire, hace referencia al nombre de una emisora de números de la Guerra Fría, cuyo origen está en algún punto de Chipre. Se llama así porque en los intervalos entre las series numéricas se oía un fragmento de la canción homónima. El ensemble se convierte en receptor y espejo de los mensajes que se cuelan en la pieza. La pieza ironiza sobre la vigilancia y el control a través de repeticiones maquinales, glitches y desajustes, así como con la perversión de lo infantil a partir de la deformación de la canción de partida. La electrónica y los instrumentos se contaminan mutuamente en una textura obsesiva, casi hipnótica.
Marina Hervás
Precio único: 5€